viernes, 22 de julio de 2016

Exigen la dimisión del presidente armenio, Serzh Sargsián, y la formación de un Gobierno interino.


Las fuerzas de seguridad armenias dispersaron a los manifestantes que se habían congregado en apoyo a los activistas armados que desde el día 17 mantienen rehenes en un cuartel policial del sureste de Ereván.

"Varios centenares de agentes limpiaron la zona en cuestión de minutos. La operación había empezado tras dos avisos. Todos los manifestantes que se habían quedado para pasar la noche en el lugar fueron trasladados a una comisaría", informó un corresponsal de esta agencia.

Más tarde, la Policía Nacional de Armenia comunicó que "a la comisaría fueron llevadas 136 personas".

En la noche del miércoles, 20 de julio, tuvo lugar un choque entre las fuerzas del orden y los manifestantes que, según las autoridades, se saldó con medio centenar de lesionados.

El Ministerio de Sanidad armenio precisó en un comunicado que "51 personas, entre ellos 28 policías, solicitaron asistencia médica" y que su vida no corre peligro.
El enfrentamiento se produjo después de que los manifestantes intentaran romper el cordón policial arrojando piedras y otros objetos contra los agentes que respondieron con gas lacrimógeno, granadas aturdidoras y varios disparos de advertencia.

El 17 de julio, un grupo armado irrumpió en un cuartel policial del barrio Erebuni, en la periferia de Ereván, y tomó rehenes exigiendo liberar al detenido opositor radical Yirair Sefilián, líder de las formaciones Nueva Armenia y Parlamento Constituyente, acusado de posesión ilegal de armas.

Además, exigen la dimisión del presidente armenio, Serzh Sargsián, y la formación de un Gobierno interino.
Según la policía, en el asalto murió un agente y seis personas, entre ellas cinco agentes, resultaron heridos.

Los atacantes retienen actualmente a cuatro rehenes, entre ellos el subjefe de la policía nacional, general Vardán Eguiazarián, y su homólogo de Ereván, Valeri Osipián.

Turquía suspende la vigencia de los DDHH...



El Gobierno turco anunció la suspensión de la Convención Europea de Derechos Humanos mientras dure el estado de emergencia que comenzó hoy, un periodo que podría ser de 40 ó 45 días, menos de los tres meses anunciados.

El vicepresidente del Gobierno, Numan Kurtulmus, explicó que la suspensión de la Convención se hará "como en Francia", en alusión a las medidas tomadas en ese país por la declaración del estado de emergencia por los atentados terroristas de los últimos meses.

En declaraciones a los medios en Ankara, Kurtulmus dijo que el Gobierno tiene como objetivo que el estado de emergencia sólo se prolongue durante 40 o 45 días, y no los tres meses anunciados ayer por el presidente, Recep Tayyip Erdogan.

El jefe del Estado explicó ya ayer que la declaración de emergencia busca asegurar la democracia y localizar a los responsables de la intentona golpista del pasado fin de semana.

En ese sentido, Kurtulmus insistió hoy en que la declaración del estado de emergencia no significa la aplicación de la ley marcial y que los ciudadanos no se verán afectados. "El derecho de reunión y manifestación no serán cancelados. No va a ver toque de queda, no habrá ningún retroceso en los avances democráticos", afirmó el viceprimer ministro.

Kurtulmus prometió que el "Parlamento estará abierto y funcionando". Además, volvió a culpar del intento de golpe de Estado del pasado fin de semana al clérigo islamista exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, del que dijo dirige una "organización terrorista".

"Su objetivo (de los golpistas) no era un golpe de Estado. Era matar al presidente Erdogan y conducir al país a una guerra a largo plazo con Siria", dijo. Respecto a la petición formulada a Estados Unidos para que extradite a Gülen, Kurtulmus pidió a Washington que se ponga en el lugar de Turquía. "Cómo se sentirían si un sacerdote hubiera tratado de destruir EEUU e ir a Turquía a vivir en una mansión", planteó.