lunes, 20 de junio de 2016

Turquía mata a una familia de sirios que trataba de atravesar la frontera...


Las fuerzas de seguridad que vigilan la frontera turca han abatido, al menos, a once refugiados sirios, la mayoría de la misma familia, mientras intentaban cruzar la frontera con Turquía desde el noroeste de Siria, según denuncia el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Entre los fallecidos se encuentran dos mujeres y cuatro niños, que intentaban cruzar, junto con un grupo mayor de refugiados, la frontera desde la localidad de Jarabet al Yoz, según ha informado el OSDH desde su base británica.

El organismo, que vigila los actos de violencia en Siria, ha informado de la muerte de alrededor de sesenta civiles mientras intentaban cruzar desde el país hasta Turquía desde el comienzo de los ataques armados de la guardia fronteriza turca a principios de año. Este tipo de actuación contra aquellos que intentan cruzar la frontera es habitual en los guardas turcos desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011.

El Ejército turco, sin embargo, niega los hechos. "Las denuncias de que los soldados turcos han asesinado nueve personas que intentaban cruzar la frontera en la provincia de Hatay no son ciertas; anoche hubo un intento ilegal de cruzar la frontera, pero no hubo disparos directos hacia la gente", han dicho una fuente militar, en referencia a los primeros nueve fallecidos (la cifra aumentó porque había heridos graves).

"Después de los disparos de aviso, un grupo de unas siete u ocho personas corrieron hacia el bosque", ha añadido la fuente.

Turquía, uno de los principares países que lucha para derrocar al presidente sirio Bachar al Asad, ha cerrado casi por completo sus fronteras a los refugiados sirios, pero admite a sirios cuyas vidas están bajo peligro inminente. Ha albergado alrededor de 2,7 millones de refugiados sirios, de los que unos 280.000 viven en campamentos.

Cohetes lanzados desde el territorio sirio y controlados por los combatientes del Estado Islámico han golpeado habitualmente pueblos de la frontera turca y han matado al menos a 20 personas en los últimos meses, por lo que los organismos humanitarios han instado a Turquía a abrir sus fronteras para acoger a los civiles que huyen del conflicto.

Armenia y Azerbaiyán marcan sus posturas antes de la reunión con Putin.



El presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, y su homólogo armenio, Serge Sargsián, dejaron claras sus posturas sobre el conflicto que les enfrenta por Nagorno Karabaj al reunirse con el líder ruso, Vladímir Putin, antes de que se produzca hoy mismo su cara a cara con la mediación del jefe del Kremlin.

"El 'statu quo' (actual) es inaceptable. Pero para que cambie, es necesario empezar con la desocupación del territorio de Azerbaiyán ocupado desde hace más de 20 años" por tropas armenias, advirtió Alíev al inicio de su reunión con Putin, que se celebra en la ciudad de San Petersburgo.

Poco antes, el mandatario ruso recibía al líder armenio, quien reiteró que la postura de su país "sobre el Karabaj es por todos conocida" y consiste en "resolver el conflicto por la vía pacífica".

"Pero, lamentablemente, sólo con el deseo de una parte no se resuelven conflictos como éste. Nos alegraríamos si hoy logramos avanzar en la creación de mecanismos para investigar las violaciones del alto el fuego" que rige desde 1994 en la línea que separa las posiciones armenias y azerbaiyán en el Karabaj, dijo Sargsián.

Se refirió con esas declaraciones a los sangrientos combates del pasado mes de abril en el disputado enclave habitado por una mayoría armenia, que costaron la vida a más de 150 personas y de cuyo inicio Ereván responsabiliza a Bakú.

Todo indica, visto el inmovilismo mostrado por las dos partes, que la reunión entre Sargsián, Alíev y Putin servirá de poco para sacar el conflicto del atolladero en que se encuentra desde hace décadas.

Azerbaiyán -un país ahora mucho más rico y con más potencia militar que cuando perdió la guerra contra su vecino- ha advertido de que no tolerará por mucho más tiempo un 'statu quo' en el que Ereván ocupa Nagorno Karabaj y vastos territorios aledaños que denominan "franja de seguridad" y que han permitido unir el enclave a Armenia.

Bakú acusa a su vecino de sentirse cómodo en un proceso de negociación eterno y entiende que la actual petición de Ereván sobre la necesidad de investigar los incidentes de abril se inscriben en esa línea.

El conflicto armenio-azerbaiyano se remonta a los tiempos de la antigua Unión Soviética, cuando Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25.000 muertos y concluyó con la victoria armenia.