viernes, 6 de febrero de 2015

Unión Económica Euroasiática: UNA VISION desde Ereván.



"Dada la combinación de costes en aumento, la única esperanza de Armenia en este punto pasa por contener una crisis por contagio económico y buscar una prudente y silenciosa estrategia de salida"

Armenia ha aceptado la necesidad de unirse a Rusia. Sociedad y clase empresarial aceptan el cambio estratégico del Gobierno, que ha sacrificado el Acuerdo de Asociación con la UE para aceptar la integración en la Unión Económica Euroasiática (UEE).

Armenia saldrá adelante no tanto por iniciativa propia como por las debilidades inherentes a la nueva estructura. En muchos casos, lidiar con un entorno cuyas normas sus empresas y trabajadores conocen bien, es más atractivo y cómodo que la siempre difícil adaptación a los estándares de la UE. Armenia tendrá que adaptar su sistema arancelario y su orientación comercial a la nueva organización: más proteccionismo para una economía abierta y liberal.

Consecuencia: subida de precios y seria renegociación de su pertenencia en la OMC. Tendrá que centrarse en incrementar sus relaciones comerciales con el resto de miembros de la UEE en detrimento de la UE. Las regulaciones de la nueva organización podrían frenar el desarrollo prometedor del sector de las tecnologías de la información, que representó un tercio de las exportaciones en 2013.

Con todo, las autoridades armenias han impulsado nuevas negociaciones para establecer un marco legal de cooperación futura con la UE, con la que quieren hacer de puente hacia la UEE. Saben que las sanciones a Rusia, la salida de Ucrania de la estructura y el carácter impositivo de los términos de la UEE son preocupantes. "Dada la combinación de costes en aumento, la única esperanza de Armenia pasa por contener una crisis y buscar una silenciosa 'estrategia de salida'".

Richard Giragosian