miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL PATRIARCADO ORTODOXO DE CONSTANTINOPLA.

Considerada desde siempre como una de las sedes episcopales más importante de la Iglesia, sólo precedida por el Obispo de Roma, el Patriarcado adquiere el máximo relieve cuando tiene lugar el Cisma de Oriente (1054), en que las comunidades ortodoxas se separan de la Iglesia Católica.
Cuando Constantinopla cae en poder de los turcos en 1453, el sultán Mahomet II confirma al Patriarca Gennadios en todos los privilegios e inmunidades que la Iglesia, a partir del imperio de Constantino, había obtenido en Oriente.
La comunidad ortodoxa dispuso de una autonomía importante dentro del Imperio otomano en virtud de privilegios e inmunidades reconocidos en materia religiosa, administrativa y judicial.

San Germán de Dacia. Patriarca de Constantinopla.
En el aspecto religioso, la comunidad ortodoxa gozó de libertad de conciencia y de culto. El Patriarcado ejercía el poder legislativo en cuanto al culto y disciplina eclesiástica, pudiendo dictar su propia organización y, lo que es más importante por las prerrogativas que ello entraña, podía establecer impuestos a fin de proveer a sus necesidades, y en ciertos momentos de crisis financiera tuvo facultad de emitir moneda.
En el aspecto judicial los miembros del clero gozaban de una inmunidad en materia penal y en ciertas cuestiones civiles. En el orden administrativo el Patriarca era el jefe religioso y, también, el jefe civil de los cristianos ortodoxos, encargándose de la administración de los bienes de las entidades religiosas, la enseñanza y el registro del estado civil de las personas.
El Patriarca era, igualmente, el responsable de la ejecución de los decretos del gobierno respecto de los asuntos relativos a la Comunidad ortodoxa, teniendo la consideración de órgano del Gobierno de la Sublime Puerta con los honores de ministro que le atribuía tal estatus.

Estambul, sede del Patriarcado de Constantinopla.
En 1862 se reducen substancialmente los privilegios judiciales del Patriarca, desapareciendo las competencias de que gozaba en materia penal.
El régimen de privilegios acordado al Patriarcado dejó de existir por el Tratado de Lausanne de 24 de Julio de 1923, fecha en que el Patriarca ecuménico queda reducido a una mera autoridad religiosa.
La cuestión de si el Patriarcado estaba dotado de personalidad internacional no es clara. Podría aducirse, en su favor, que el Patriarca se comunicó con la Sublime Puerta hasta 1879 a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y que mantenía acreditado ante ella un Agente Especial. Podría pensarse que el Estatuto del Patriarca ecuménico dictado por el Sultán en 1862, en el que se precisan los privilegios e inmunidades de aquél, tendría carácter de un Concordato concertado entre la Sublime Puerta y el Patriarca ecuménico. A esto podría contrarreplicarse el carácter de órgano del Gobierno que, respecto a la Comunidad ortodoxa, ostentaba el Patriarca.

Patriarca de Contantinopla ( 1896).
De cualquier forma, hoy día el Patriarca no ejerce ningún acto en el plano internacional del cual pueda deducirse que se trata de un sujeto de ese ordenamiento. El hecho de que Turquía se halla obligado en la Conferencia de Lausanne (10 de enero de 1923) a admitir que el Patriarca tenga su sede en Constantinopla no haría, evidentemente, a éste titular de un derecho en el ámbito internacional, sino más bien una obligación de Turquía respecto de los otros Estados partes en el acuerdo.
Aunque sea bajo un punto de vista honorífico, al Patriarca de Constantinopla se le viene reconociendo su carácter "ecuménico", es decir "universal". Cada vez que Benedicto XVI nombra a Bartolomé I, no deja jamás de calificarlo con esta denominación de “Patriarca Ecuménico”.

S.S. el Papa Pablo VI y Antenágoras I de Constantinopla.
En la ortodoxia cada Iglesia se gobierna autónomamente. Pero por una antigua tradición es reconocido al Patriarca de Constantinopla un primado de honor, en cuanto cabeza de la Iglesia de la antigua capital cristiana de Oriente.
Recientemente, el 26 de junio de 2007, una sentencia de la Corte Suprema de Turquía ha infligido un duro golpe a la autoridad del Patriarca de Constantinopla, negándole valor jurídico a su calificativo de “ecuménico”.
La sentencia, como es obvio, no incide sobre el fundamento teológico de la autoridad del Patriarca y sobre el reconocimiento que le es dado por las otras Iglesias cristianas. De cualquier forma, la sentencia ha producido “profundo disgusto” en el Patriarcado, que hizo público una información oficial en la que defendía el carácter religioso y teológico del título de Patriarca Primado, como título espiritual, histórico y honorífico de la ortodoxia desde hace 17 siglos.
La Corte Suprema de Ankara en su sentencia estableció que el Patriarcado es, especialmente, un ente turco destinado al culto de la minoría greco-ortodoxa, y por lo tanto no puede atribuirse el título de “ecuménico” para todo el mundo ortodoxo.

Patriarca Kiryl de Rusia, Patriarca Bartolome I de Constantinopla y Patriarca Elias II de Georgia.
La ocasión para el veredicto ha sido el recurso presentado por un sacerdote turco ortodoxo de origen búlgaro, que el Patriarcado había removido de su parroquia por “comportamiento inadecuado a sus funciones”. La Corte Suprema, que en apoyo de su sentencia citaba el Tratado de Lausana de 1923, donde se califica al Patriarcado de Constantinopla como minoría religiosa y nada más, ha fallado contra el sacerdote, pero ha aprovechado la oportunidad para emitir un juicio político acerca del estatuto jurídico del Patriarca.
En Turquía la comunidad ortodoxa, igual que la católica, sigue sin tener personalidad jurídica, los ministros de culto y los obispos no son reconocidos, los seminarios están cerrados y el Patriarca de Constantinopla debe ser obligatoriamente ciudadano turco. Esta negación de los derechos más elementales a las minorías religiosas está en flagrante contradicción con el derecho europeo y dificulta el deseo de Turquía de ser admitida en la Unión Europea.

S.S. el Papa Benedicto XVI y el Patriarca Bartolomé.
Como expusimos en otra ocasión, la situación de la Santa Sede es totalmente distinta, gozando de todas las prerrogativas con que se adornan los estados soberanos y manteniendo una separación e independencia absoluta con respecto al estado italiano, cosa que, como acabamos de ver, no sucede con el Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla.
Con todo, el Patriarca ecuménico ejerce una jurisdicción espiritual sobre la República del Monte Athos, aprueba su Carta, vigila el cumplimiento de las disposiciones en materia religiosa y preside su Tribunal Supremo, lo cual, pese a los controles de Turquía, le da un relativo protagonismo en la esfera internacional.
Dotadas de un innegable y legítimo fons honorum, basado en su liderazgo espiritual, el Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla y todas las Iglesias Cristianas Ortodoxas gozan de la facultad de otorgar y distribuir honores y distinciones entre sus fieles y benefactores.

Armenios reabren Iglesia cerrada hace un siglo,previo a las matanzas.


El arzobispo armenio ortodoxo de Estambul, Aram Atesyan, ha reabierto esta tarde una iglesia de esta ciudad turca que ha estado cerrada desde la I Guerra Mundial.

El acontecimiento atrajo a centenares de fieles de la comunidad armenia de Estambul.

El acto tuvo lugar pocos días después de la fuerte polémica que enfrentó al Gobierno turco con la Asamblea Nacional de Francia, al adoptar ésta una ley que obliga a definir como "genocidio" la masacre de armenios en 1915.

Como respuesta, varios altos cargos turcos habían señalado la importancia de buscar un mejor diálogo con los armenios de Turquía que, de hecho, no se habían alineado con la diáspora y se habían distanciado de la polémica ley.

La iglesia de Vortvots Vorodman forma parte del complejo de edificios conocido como Catedral de Meryem Ana, que alberga otros dos templos armenios y un centro cultural, y se halla frente a la sede del Patriarcado Armenio de Estambul, en el distrito de Kumkapi, uno de los barrios armenios mas antiguos.

Como recordaron los portavoces de la comunidad tras la ceremonia religiosa, celebrada por el arzobispo Atesyan, la iglesia, que data de 1641, fue restaurada en 2010 con ocasión del nombramiento de Estambul como capital cultural europea.

"Llevaba cerrada desde la Primera Guerra Mundial", confirmó a Efe Nazaret Davidian, secretario general de la fundación eclesiástica que administra los bienes de la Iglesia, "pero el Estado ha colaborado con un 75% de los gastos de restauración".

Davidian consideró la apertura de la iglesia como un paso positivo, ya que hasta hace muy poco, abrir una nueva Iglesia era bastante difícil en Turquía e incluso la reapertura de la histórica iglesia armenia de Akdamar en la provincia de Van en 2010 arrastró una gran controversia.

El Gobierno permite que en la iglesia de Akdamar, situado en una isla del lago de Van, se celebre una única misa anual, pero mantiene su clasificación como 'museo', no como templo.

La iglesia de Vortvots Vorodman, en cambio, "nunca ha dejado de pertenecer a la comunidad armenia", aclara Davidian, por lo que su reapertura tras la restauración no tropezó con dificultades.

Los pisos superiores del templo se han convertido en habitaciones para acoger a familias armenias en condiciones de pobreza, añade Davidian.

El barrio de Kumkapi cuenta con una importante comunidad de inmigrantes de Armenia de escasos recursos, que reciben el apoyo del Patriarcado armenio

160 mujeres asesinadas en Turquia por violencia domestica.


El número de mujeres asesinadas a manos de hombres de su entorno íntimo aumentó a 160 este año en Turquía, muchos de estos crímenes fueron "asesinatos de honor", lo que ha motivado hoy la protesta de varias asociaciones de mujeres del país.
El informe, elaborado por la Plataforma Paremos los Asesinatos de Mujeres, recoge crímenes cometidos por maridos, novios, amantes, padres u otros hombres "muy cercanos".
La profesora Yildiz Ecevit, socióloga de la universidad turca Middle East Technical University (METU) y experta en este área, comentó, que tanto los datos recogidos por las diferentes asociaciones de mujeres como por las estadísticas de crímenes no son más que la punta del iceberg.
"Hay muchos más casos que no aparecen en los informas policiales. Es cierto que los 'asesinatos de honor' ocurren sobre todo en las regiones orientales y surorientales de Turquía, pero las palizas, la forma más habitual de la violencia contra las mujeres, se dan en todas las provincias, y también en las clases sociales de alto nivel educativo", constata Ecevit.
Los 'asesinatos de honor' responden a un código en el que son los propios familiares -el padre, la madre o a menudo un hermano- quienes asesinan a una chica cuando sospechan que ha 'mancillado el honor familiar' por tener una relación sexual 'ilícita' o simplemente por dar lugar a habladurías.
Tuba Gümüs, representante de la Plataforma, explica que el número de mujeres que piden ayuda al Estado ha aumentado claramente en los últimos años, pero no es una tendencia esperanzadora.
"El Estado no ha sido capaz de proteger al 73 por ciento de las mujeres que pidieron protección, y el número de mujeres asesinadas por sus maridos o ex maridos ha subido un 193 % entre 2009 y 2010", asegura Gümüs.
El enorme incremento se debe probablemente en gran parte a una mayor recogida de datos, pero Ecevit cree que el aumento del desempleo y la pobreza, así como el creciente conservadurismo de la sociedad turca, también hacen crecer el número real de casos.
El informe de la Plataforma recoge, además de los 160 asesinatos, 70 casos de mujeres que cometieron "suicidios".
"Luego se supo que en tres de estos casos, las mujeres no se suicidaron sino que fueron asesinadas", subraya el informe.
Yakin Erturk, ex relatora especial sobre violencia contra las mujeres de la comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, estima asimismo que en el sureste turco, una parte de los suicidios de mujeres son asesinatos, pues a muchas mujeres se les fuerza a suicidarse para limpiar el honor familiar.
La violencia contra las mujeres se ha convertido este año en uno de los mayores debates sociales, en parte por el caso de Sefika E., cuya fotografía desnuda y con un cuchillo clavado en la espalda, fue portada del diario Habertürk en octubre pasado.
Muchos expertos definieron la chocante imagen de "pornografía de la muerte", pero el redactor jefe del diario asegura que lo que quiso fue sacudir la conciencia de la sociedad.
Sefika E, de 38 años y madre de dos niños, se había refugiado en un centro de acogida para huir de la violencia de su marido, pero éste la convenció para volver y al día siguiente la acuchilló.
En marzo de 2010 se difundió el caso de Aysun K., una mujer de 27 años, con cuatro hijos, a la que su marido, nada más salir de la cárcel tras tres meses de arresto por haber dado una terrible paliza a su mujer, le cortó nariz y orejas.
"Hay un vínculo entre el creciente número de divorcios y el asesinato de mujeres. Los hombres piensan que son dueños de sus mujeres, y si éstas se divorcian, actúan bajo la influencia de la cultura masculina hegemónica, que dice a las mujeres: 'O me perteneces a mí o a la tierra (la tumba)'", resume Ecevit.
Sefkat-Der, una organización minoritaria, ha propuesto hoy una medida radical para contrarrestar la violencia: proporcionar a las mujeres armas de fuego y darles clases de tiro.
"El Estado debe dar pistolas gratis a las mujeres en situación de riesgo y enseñarles a usarlas, aparte de darles lecciones de artes marciales", propuso hoy en un acto público en Estambul el presidente de la asociación, Hayrettin Bulan.
Pero su propuesta fue contestada con dureza por varias activistas presentes y provocó un rechazo general entre las asociaciones de defensa de las mujeres."Este tipo de propuestas absurdas sólo conducen a más muertes. Tenemos que ocuparnos del contexto y sus dimensiones socioeconómicas y culturales"