lunes, 22 de agosto de 2011

Kim Kardashian necesitó tres vestidos para su boda.

Los recién casados lucieron esplendorosos el día de su enlace, pero la celebrity con más curvas de Estados Unidos va un paso más allá y no le importa estar por encima del límite. Por eso decidió cambiarse dos veces de ropa y lucir tres vestidos distintos, porque era su gran día.
   "Parecía una princesa armenia", han publicado en UsWeekly. Kim Kardashian empezó el día luciendo su traje nupcial: un Vera Wang de color marfil, escote palabra de honor, compuesto por un corpiño ajustado del que salía una falda abullonada, a base de tul, y una larga cola.
   La celebrity completó su look con zapatos de Giuseppe Zanotti y un velo que sujetó con una tiara de diamantes que recordaba mucho a la de Kate Middleton el día en que se convirtió en Princesa Catalina.
   Después de la ceremonia, Kim se cambió a otro Vera Wang marfil de corte sirena con increíbles detalles. Un corpiño adornado con encaje de Chantilly a juego con una falda hecha de pétalos de organza que se fundían con motivos de encaje de Chantilly y bordados de ramitas de seda. Kardashian era toda una visión radiante.
   Pero eso no quitó que se volviera a cambiar de vestuario. Ya entrada la noche, la recién convertida en mujer de Kris Humphries lució un nuevo Vera Wang en tono marfil, hecho de satén y crepé en la espalda, con escote en V y falda plato.
   En cuanto al maquillaje, optó por utilizar lo mismo de siempre: sombras ahumadas, labios en tono suave y toneladas de pestañas postizas, para enfatizar la mirada. Pero eso sí, se permitió el lujo de robarle otro truquillo a la Duquesa de Cambridge, unas cejas bien definidas