domingo, 22 de mayo de 2011

"Lo más importante es conocer el derecho a saber la verdad",Karekin II.

Karekin II patriarca de Iglesia Armenia ponderó el fallo del juez Oyarbide que reconoce el genocidio armenio. Visitó Córdoba como parte de sugira por Sudamérica. Notable reportaje de LA VOZ NOTICIAS!!!

El pueblo armenio reivindica su identidad con una independencia reciente, de apenas 20 años. En este proceso de búsqueda, el genocidio sufrido entre 1915 y 1923, que les costó la vida a 1,5 millón de personas, sigue el reclamo de justicia internacional y comienza a ver respuestas en el mundo. Buscando cerrar heridas a través de un mensaje de paz, Karekin II, patriarca supremo de la Iglesia Apostólica Armenia y Katolicós de todos los Armenios comenzó una gira pontifical por Sudamérica.
En diálogo con La Voz del Interior , destacó la importancia que tiene la comunidad armenia para la Argentina, que incluye a unas 100 mil personas –en Córdoba unos 7.500– y afirmó que la presidenta Cristina Fernández así se lo transmitió durante el encuentro que mantuvieron en la Casa Rosada.
–¿Qué implica el fallo del juez Norberto Oyarbide, que resolvió que el Estado turco cometió delito de genocidio contra el pueblo armenio?
–Lo más importante es conocer el derecho a saber la verdad y esto es lo que se ha sancionado. Lo consideramos como un paso más hacia la verdad que es negada por las actuales autoridades de Turquía, que no aceptan haber cometido un genocidio en el Imperio Otomano. Sólo el reconocimiento mundial del crimen de genocidio hará posible que la humanidad no se someta nuevamente a los crímenes de lesa humanidad. Con este espíritu y conciencia nuestro pueblo está dedicado a esa lucha, del reconocimiento y condena del genocidio.
¿Por qué cree que tardó y tarda tanto en reconocerse?–Muchas veces los intereses políticos son los que actúan y a veces son más valorados que los principios morales y éticos. Pero creemos que siempre la verdad y la justicia en este mundo de seres humanos están convocadas a triunfar. No tenemos ninguna duda de que en el reconocimiento y la condena del genocidio, también en esto, la verdad y la justicia van a triunfar y los mismos turcos van a terminar asumiendo el hecho.
–En 2015 se conmemora el centenario, ¿esperan que para entonces sea reconocido como un genocidio?
–Tengo la seguridad de que muchos otros estados habrán de reconocerlo y se unirán a esta lista. Por ejemplo el Parlamento israelí tuvo la iniciativa de tratar el tema y es muy probable que llegue a una resolución favorable. Creemos que el reconocimiento es más necesario para el pueblo turco que para el nuestro, para que ellos se liberen de ese peso tan grave que tienen.
–¿Qué desafíos enfrentan los armenios en estos años de independencia?
–El pueblo armenio hoy está sometido a un bloqueo de 17 años por parte de Turquía y Azerbaiján. En la actualidad, el camino a Europa es sólo a través de Georgia que en los últimos años ha tenido problemas políticos internos, lo que dificulta mucho la salida hacia Europa. Entonces, Irán es la única salida libre hacia el mundo. Nuestro país, quiere vivir en paz con sus vecinos y tener fronteras libres. En ese sentido, el presidente de la República de Armenia (Serzh Sargsyan) tuvo la iniciativa de proponer establecer relaciones normales diplomáticas con Turquía, sin ningún tipo de condicionamientos, pero se congelaron los documentos que podrían haber sido firmados en tal sentido. Ocurrió que los turcos interpusieron precondiciones relacionadas con el conflicto de Nagorno Karabaj, en el sentido de que Karabaj renunciara a su derecho de vivir en libertad, formara parte de Azerbaiján y devolviera los territorios que durante esta guerra impuesta habían sido liberados por parte de Karabaj y hacia los cuales Azerbaiján presenta muchas reivindicaciones. Por supuesto esta precondición fue inaceptable para Armenia.
–¿Cómo impactó en Armenia la ocupación de la Unión Soviética?–Por supuesto en nuestra vida religiosa hubo manifestaciones muy dolorosas. Nuestros monasterios e iglesias fueron cerrados; sólo permitieron funcionar a una decena de iglesias, miles de religiosos fueron asesinados o desterrados y se disolvió la vida religiosa comunitaria. Pero gracias a Dios, desde la independencia se han iniciado nuevos tiempos; la Iglesia se reorganizó, nuestro pueblo vuelve a restablecer esas pérdidas desde el punto de vista espiritual, merced a su fe, y hoy podemos hablar de un renacimiento espiritual en Armenia.
–¿Cómo ve la situación de los derechos humanos en el mundo?–Es muy doloroso que sigamos viendo estas violaciones de los derechos humanos. Muchos temas políticos, en lugar de tratarse en las mesas de negociaciones, tratan de resolverse con el exterminio de grupos étnicos diferentes que sufren las consecuencias. Las iglesias y los jefes espirituales hacemos todo lo posible para prevenir ese tipo de hechos.
–¿Cuál es el rol de los líderes religiosos?–El siglo 20 fue un siglo de acercamiento y cooperación entre las iglesias y una especie de impulso nuevo para la comprensión mutua entre las iglesias, merced al movimiento ecuménico intereclesiástico. Sobre esos logros se ha reforzado esta cooperación intereclesiástica. Todas las organizaciones religiosas, las comunidades, las iglesias, se dan cuenta de que no tienen la fuerza necesaria para resolver estos desafíos que les plantea el tiempo moderno, por eso es que estos desafíos necesitan de cooperación y trabajo conjunto.
La vida de Karekin II
Krtich Nersessian (59) nació en Voskehat (Armenia). En 1965 ingresó al seminario teológico Guevorguian, donde se encuentra la Santa Sede de la Iglesia Apostólica Armenia. En 1999, al fallecer Karekin I, se convirtió en el 132° Patriarca Supremo y Katolicós de todos los armenios.