martes, 22 de febrero de 2011

J. Michael Hagopian, cineasta de la memoria armenia.

Ha pasado casi un siglo desde el primer genocidio de un siglo, el XX, que batió todos los récords del horror en la historia de la humanidad. En 1915, centenares de miles de armenios de la actual Anatolia fueron obligados por las fuerzas turcas del imperio otomano a abandonar sus hogares, arrasados a sangre y fuego, y expulsados y deportados hacia el desierto que aguarda al este de Turquía hasta alcanzar Siria. Ahogados en las aguas del río Éufrates o muertos de sed e inanición en el desierto, desaparecieron un millón y medio de personas. Sin embargo, aquel desastre fue silenciado durante mucho tiempo.
"La persecución y el genocidio perpetrado y negado en una parte del mundo puede convertirse en tierra abonada para mayores crímenes contra la humanidad en cualquier otra parte del mundo". Así hablaba hace un año J. Michael Hagopian, el director de cine documental que murió el 8 de diciembre en su casa de Thousand Oaks, California, a los 97 años, por causas naturales, según informa la Fundación del Cine Armenio, creada por Hagopian, en su web (www.armenianfilm.org). "Estoy convencido de que era mi responsabilidad educar e informar para que la historia nunca vuelva a repetirse", continuó.
Preservar la memoria a través de la documentación exhaustiva fue el motor que permitió a Hagopian trabajar desde 1968 y casi hasta su último día recopilando entrevistas de testigos y supervivientes del genocidio armenio y dándolos a conocer. En total, 400 filmaciones que recogen el eco de aquel desastre en todos los rincones del mundo, entrevistas realizadas en más de 10 países, la mayoría en inglés y armenio, pero también en español, árabe, francés, alemán, turco, ruso, griego, kurdo y varios dialectos minoritarios. Los entrevistados tenían entre ocho y 29 años cuando vivieron la tragedia. Con esos testimonios, el director realizó 17 largometrajes documentales sobre el genocidio, solo una parte de su extensa producción de más de 70 películas para cine y televisión, sobre cultura armenia y otros temas educativos, que han ganado más de 160 premios, incluidos dos emmys.

Oculto en un matorral

Hagopian nació el 20 de octubre de 1913 en Kharput, una antigua ciudad de Anatolia oriental cerca de la actual Elazig, en el este de Turquía. Perseguidos por las fuerzas otomanas, los padres ocultaron al niño de dos años en un matorral. Consiguieron salvarse y medio escondidos vivieron en Turquía hasta 1922. Partieron entonces a EE UU, donde vivieron en Boston y Fresno.
Hagopian se doctoró en Relaciones Internacionales en Harvard y estudió en Berkeley. En la II Guerra Mundial fue llamado a filas y más tarde se dedicó a la docencia en EE UU, India y Líbano. Fue en Beirut donde por primera vez cogió una cámara. Más tarde, en Los Ángeles, estudió cine, y en 1952 montó su compañía, Atlantis Productions. Su primera producción sobre el genocidio data de 1965, Where are my people? (¿Dónde está mi gente?). Poco después, conoció al primer testigo al que entrevistó, Armin T. Wegner, abogado, escritor y poeta alemán que estuvo en Anatolia con el Ejército germano entre 1915 y 1916, y que fotografió el desastre.
En abril del año pasado, el Instituto de la Fundación de la Shoa, creado por Steven Spielberg, firmó un acuerdo con Hagopian para publicar en la Red todos los testimonios recogidos por él. Mientras, en su trilogía sobre el genocidio armenio -Voices from the lake (Las voces del lago), Germany and the secret genocide (Alemania y el genocidio secreto) y The river ran red (El río bajaba rojo)- aún hablan los testigos, que recuerdan escenas horribles y otras más humanas, como los que fueron escondidos por turcos que los criaron como hijos propios. "La raza humana es una sola", afirmaba el director, "nuestro destino está unido".