miércoles, 2 de febrero de 2011

El Alto Karabagh:la sombra de una matanza en una region sin sosiego,por Narciso Binayán

¿Dónde está Dios?" ("¿Ur é Asdvats?") es el título de un poema escrito, en 1975, en Armenia (por entonces soviética) por Artur Meschián. Prohibida por el régimen moscovita durante los 16 años finales de su poderío, tuvo un éxito gigantesco en todo el mundo armenio. Ese éxito fue explícito en la diáspora y callado en Armenia, hasta que se disolvió la Unión Soviética, en 1991. La poesía es una queja desgarradora, que clama sobre dónde estaba Dios durante las matanzas de armenios por los turcos, en 1915, y en ella se intercalan las imprecaciones desesperadas con las palabras litúrgicas de la misa"Señor, ten piedad" (en armenio, "Der, voghormiá"). Allí no hay ninguna clase de alusión política, pero, en forma sintética, se dio forma a una realidad indiscutible de la vida de la nación armenia con comunismo o sin él, con democracia o sin ella, dentro del país o fuera de él.
Los hechos de 1915 mantienen una gran vigencia, que, casi siempre, es ignorada por los no armenios, pero no deja por ello de estar presente.
Todo esto surge a raíz de un hecho que en otro país sería un acontecimiento de rutina sin mayor trascendencia: la renuncia del presidente Levón Ter Petrossián, acompañada de la de otras figuras de primer plano: el presidente y el vicepresidente del Parlamento, el canciller, el presidente del Banco Central y muchos otros. Asumió la presidencia interina el primer ministro y ex presidente del Alto Karabagh, Robert Kocharián. Las elecciones se realizarán el 16 de marzo.
Debe señalarse que en Armenia, a diferencia de casi todas las ex repúblicas soviéticas, el recambio político fue prácticamente total. Los dirigentes actuales son hombres jóvenes sin la carga de su participación en un pasado totalitario.
A los posibles candidatos se sumó en los últimos días el del propio Kocharían, sobre el cual pesa aún una prohibición constitucional: nació en Karabagh y sólo tiene algunos meses de ciudadanía de la propia República Armenia, cuando la ley máxima exige diez años. Ello, al parecer, se subsanará por la vía parlamentaria. Es el favorito.
Hasta aquí, lo interno y normal. En adelante, lo específicamente armenio: 1915, destierro y eliminación de los armenios en el Imperio Otomano; 1918, independencia de la entonces llamada Armenia rusa, en plena invasión turca; 1920, comunización en plena invasión turca (ambas acompañadas de matanzas); 1923, anexión de Karabagh a Azerbaiján, separándolo de Armenia mediante un corredor. Luego, 65 años de manso silencio y dictadura absoluta, y en 1988, resurgimiento explosivo de la cuestión de Karabagh, guerra, evaporación del poder soviético, independencia, guerra en Karabagh, tregua con gestiones de paz sin solución.

Décadas sin calma

Desde 1915, en el mundo armenio no hubo momento de calma, excepto la impuesta forzadamente por el régimen soviético. El movimiento por Karabagh impulsó el cambio de la clase política y su líder, Ter Petrossián, resultó victorioso, iniciando una gestión pragmática junto a la apertura a la economía de mercado, que trajo un costo social colosal.
A la vez, la guerra en Karabagh drenó los magros recursos del país, a lo que se sumó el bloqueo de Turquía sobre la frontera occidental. Pero se logró la ocupación de grandes distritos en Azerbaiján y la eliminación del corredor creado en 1923. Armenia, separada del mundo exterior por los dos Estados enemigos, Turquía y Azerbaiján, sólo se podía abastecer vía aérea por Georgia o por Irán.
Tar Petrossián se manejó con un criterio para muchos demasiado pragmático, pero cosechó triunfos. De allí la pregunta: "Y después de Levón, ¿qué?". Ahí estamos ahora.
Karabagh fue la causa de la renuncia del presidente. Turquía y Azerbaiján exigen el retorno a la situación de 1988 y, de hecho, son apoyados por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa por medio del "grupo de Minsk". Ello significa evacuación de las tropas armenias de todo el territorio que ocupan en Karabagh, el retorno de los refugiados azeríes y el fin del bloqueo turco.

Acuerdo imposible

Sólo una vez evacuadas las tropas y vueltos los refugiados se discutiría el futuro status político de Karabagh, que volvería a control de Azerbaiján. Este "plan por etapas" fue aceptado por Ter Petrossián. Kocharián, en cambio, quería un arreglo total.
Para los europeos, rusos incluidos, era sólo el retorno al statu quo de 1923-1988. Para los armenios, la clave estaba en la evacuación de tropas y lo que significa: dejar sin protección y otra vez bajo control turco a los 150.000 armenios de Karabagh.
Teniendo en cuenta lo que ha pasado en este siglo entre turcos y armenios, sería casi imposible que un presidente armenio que aceptara esas condiciones lograra mantenerse en el poder. Un observador señaló: "La cuestión es muy simple; si las tropas se van, ¿qué garantías hay de que los armenios sobrevivan?" La confianza que el pueblo armenio tiene sobre el interés internacional en los derechos humanos es poco menos que nula y anda por allí la credibilidad en las Naciones Unidas. Es sobre esa realidad como deben verse las elecciones de marzo.

Marcado interés por el petróleo

El enorme apoyo de los principales países de Occidente -los integrantes del "grupo de Minsk"- a las posiciones de los turcos otomanos (Turquía) y azeríes (Azerbaiján) tiene una sólida base petrolera, y una ciudad: Bakú.
Si bien el petróleo de Azerbaiján es de calidad inferior en comparación con aquel extraído en otros países de Medio Oriente, es decir los del Golfo Pérsico, es admisible, y permitiría liberarse un poco de la dependencia de la producción de los emiratos, de Arabia Saudita y de Irán.
Al mismo tiempo, la producción de Turkmenistán, en Asia central, se canaliza por el Mar Negro y el mercado occidental.
Hay importantes empresas norteamericanas, rusas, inglesas y de otras naciones, incluida, según parece, alguna compañía argentina en este comercio.
  • Para Azerbaiján y Turquía representa también un rédito político, ya que podría llegar a afianzar su posición en las repúblicas musulmanas de la ex Unión Soviética frente a la fuerte e incuestionable presencia de Irán.